Con una receta que le dio su abuela la bruja Maruja preparó un brebaje lleno de burbujas. Puso en su caldero plumas de lechuza, polvos de murciélago, lágrimas de sapo y hojas de muérdago. ¿Qué hace Maruja con tanto cuidado y con tanto esmero? Quiere que su escoba vuele más ligero porque le dijeron: —Las brujas modernas ya no usan escobas porque son muy lentas y no están de moda. Por eso Maruja quiere transformar a su escoba vieja en super veloz auto de carrera. Cuando ya está lista la extraña poción la bruja Maruja rocía su escoba con gran emoción y repite alegre las palabras mágicas: —Escoba, escobita, serás la más rápida, zim zalaca zum, zim zalaca zom… . Pero, entonces… ¡BUMMM! Hay una explosión. Vuelan por el aire la escoba y la bruja. La pobre Maruja ¡ay! se cae al suelo, se da un coscorrón, pierde su sombrero, le sale un chichón. Y llora amargada la bruja Maruja. Llora sin consuelo al ver a su escoba toda chamuscada. ¿Se da por vencida? Pues no, para nada. Busca otra receta que...
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